Nuestra Historia
Más de 120 años de dedicación a la gente mayor
Los orígenes de la Casa Benèfica del Masnou
Los orígenes de la casa Benèfica del Masnou están asociados a la persona del alcalde Pau Estapé i Maristany.
En efecto, es en 1898 cuando, consciente de la necesidad de crear una institución dedicada a la asistencia de enfermos a domicilio, alojamiento y atención de enfermos pobres, creó la primera junta que inició la creación de la futura Casa Benèfica del Masnou. En sus inicios, la nueva institución se llamaba provisionalmente “Asil Benèfic Masnovi”.
Es en febrero 1899, que las primeras bases jurídicas se establecen y especialmente que se decide que todos los documentos de la asociación, exceptuando los dirigidos a autoridades, se redactaran catalán.
También, en este momento, se plantea que se encargaría de ello una comunidad de monjas.
La primera sede de la nueva institución se establece con una capacidad pequeña a principio: son seis camas y en el edificio Calle Sant Felip, 17, ahora el 39. El primer equipo de cuatro monjas comienza su oficio el 19 de junio de 1899 .
Económicamente, el primer sistema de financiación de la Casa Benéfica se basa en donaciones pecuniarias que alcanzaron el importe de 27.359 ptas. Entre los 240 donantes figuran personas de todos los cargos y condiciones sociales, siendo la cantidad mínima dada de 0.50 ptas. Rápidamente, a partir del mes de junio de 1899, se inicia también una financiación con cuotas periódicas de los asociados.
El inicio de los servicios y la construcción del edificio
Los servicios de la Casa Benèfica responden inmediatamente a varias necesidades de la población de El Masnou. Así, los servicios de veladas a domicilio, se inician el mismo día de la llegada de las monjas.
Este servicio conocerá un éxito evidente: sabemos que entre 1901 y 1909 había velatorios de día y noche. El beneficiario del servicio no tenía ninguna obligación de dar de comer a las monjas, a excepción de un pequeño refrigerio durante el velatorio de noche. Además, las monjas realizaban otros servicios, como vestir a difuntos, velar muertos y asistir a entierros y funerales. Documentos del año 1903 nos entera también de una costumbre vigente hasta entonces: la obligación de los familiares de los enfermos de ir a recoger a la monja que hiciera el velatorio de noche.
En octubre de 1900, la comunidad de monjas a la que pertenecían las de la Casa se dividió en dos, dando lugar a la fundación del Instituto de las Carmelitas de San José, al que se adhirieron inmediatamente las religiosas de la institución benéfica de Masnou y de la Casa Bressol de Barcelona. La fundadora, Rosa Ojeda, tiene abierto el expediente de beatificación desde septiembre de 1975.
También es en 1900 que el tema de la obtención de los terrenos donde edificar la Casa se acelera.
Precisamente, son 5.923.37 m² que se convierten en el futuro terreno de la Casa Benèfica, siendo un montaje inmobiliario entre parcelas compradas y otras ofertas con renuncia de los derechos propietarios.

Una vez el proyecto concluido, puede empezar en 1901 las primeras presentaciones oficiales a los asociados. Por último, es el 27 de mayo de 1901 que se presentará la propuesta de construcción de la Casa Benèfica que será aprobada por unanimidad.
También hay que decir que al mismo tiempo los servicios de la Casa Benèfica del Masnou tenían éxito, ya que se incorporan 2 monjas suplementarias este año.
El inicio de la obra del edificio te su inauguración
Las obras comienzan el 2 de junio de 1901, bajo la dirección del arquitecto, Gayetà Bohigas i Monravà. La construcción durará un año y termina el 5 de septiembre de 1902.
La inauguración del edificio tiene lugar el 14 de septiembre de 1902 en un acto solemne. La fiesta comienza por la mañana en la parroquia, con una misa cantada seguida de un tedeo y a continuación la bendición del edificio. Por la tarde, el Orfeó Català dio un concierto en el huerto del sr. Amat – situado a continuación del actual jardín del Casino – que le dejaba a cambio de una indemnización igual al valor de las verduras que hubiera que recoger.
Tampoco la Casa Benèfica del Masnou era totalmente habitable. Por la falta de un lavadero, que no constaba en el proyecto, las monjas no van a poder mudarse inmediatamente a la Casa Benèfica.
En definitiva, la fecha exacta que las monjas se instalaron en el nuevo edificio no la conocemos con exactitud. Pero con diferentes documentos, y notablemente el último pago del alquiler de la casa de la Calle Sant Felip, podemos suponer que el primer día que las monjas han habitado su sede debería ser alrededor del 25 de marzo de 1903.
Todavía la nueva sede tenía algunas carencias como se detalla en varios documentos de obras en este período.

Se documenta también en diciembre de 1903 que el ayuntamiento confirma a la Junta las misiones de la Casa Benèfica, especificando que “la casa se encargará de alojar en la Casa y curar a todos los heridos en accidentes o peleas, quienes sufrían hambre, carecía de la familia o los pobres que están a cargo de la beneficencia municipal”. El precio fijado por aquel entonces era variaba entre 1.50 y 2.50 ptas por día.
La construcción y el inicio de las actividades del asilo
Es 1906 que la Junta se planta la construcción de las secciones de asilo y hospital. Concretamente, el asilo estaría formado por un bloque independiente, a la derecha del edificio principal. El proyecto era hacer dos habitaciones de dos plazas, una para hombres y la otra para mujeres. Financiado por un benefactor muy importante, Bonaventura Fontanills y Rosès, el proyecto tendrá finalmente cuatro habitaciones de dos plazas.
Estas obras se terminan el 12 de noviembre de 1907, y la Junta decide destinar estas habitaciones a los desvalidos del pueblo.
Esta actividad supondrá también la concepción de un reglamento específico para establecer las siguientes normas: “ser pobre de solemnidad, mayor de 60 años, los hombres, y de 55 las mujeres, que los dos primeros en entrar fueran hijos de la villa; los posteriores que no reunieran esta condición que llevaran 15 años de residencia en Masnou, como mínimo. También se adjuntará rápidamente en estas normas la posibilidad de admitir a personas que dispusieran de medios económicos.
No tenemos constancia de la fecha exacta de la inauguración del asilo, pero sabemos que fue bendecido del 7 de marzo de 1909.
Sobre el proyecto hospitalario, se pondrá en marcha a partir de 1907. Pero, por motivos que todavía quedan desconocidos, este proyecto se quedará paralizado hasta 1921.
La finalización del hospital y la evolución permanente de la Casa Benéfica
Concretamente, la obra se termina para que la inauguración tenga lugar el 11 de diciembre de 1921. El hospital, llamado Hospital Fabra, estaba situado en un pabellón aislado, a la izquierda del edificio de la Casa Benèfica del Masnou y constaba de dos salas con 10 camas en cada una. El inicio de la puesta en servicio del hospital se produjo de forma definitiva y oficial el 25 de junio de 1923.
Otra fecha importante para la Casa Benèfica es la adopción de la luz eléctrica. La instalación se realiza en 1919.
Esto representa también un enfoque global de la Casa Benèfica: desde la toma de posesión de los terrenos por parte de la Junta, se puede decir que éste casi nunca ha dejado de hacer obras con el propósito de facilitar las prestaciones y la labor de las monjas que cuidan de los servicios propios de la institución.
Algunas de las obras que se realizaron son por agrandar un pasillo o galería de comunicación interior entre el edificio central y el pabellón del asilo, el aumento del número de las ventanas, el cambio de lugar de la sala de operaciones . También, en 1924 la escasez de agua hizo que la Junta decidiera construir un pozo en el recinto de la Casa.
De igual modo, es en 1931 que se construye el pabellón de hombres.
También, se tiene que recalcar que la Casa Benèfica del Masnou ha ocupado siempre una plaza importante en el corazón de los masnovinos que se han mantenido siempre preocupados por su situación económica. En toda la historia de la Casa Benèfica los masnovinos han demostrado mediante donaciones, tanto a nivel particular como colectivo, su generosidad.
Los años de la guerra civil, de 1936 hasta 1939, son naturalmente un período complejo para la Casa Benèfica. Pero a pesar de este difícil contexto, las monjas siguen realizando su labor humanitaria con devoción, sin dudar a veces en sustituir los hábitos por los trajes seglares. Una actuación tan decidida que se reconocerá de forma oficial en un acta de la Junta en febrero de 1939.
Más mejoras en la Casa Benéfica del Masnou
A partir de 1944, se ponen en marcha varias mejoras de la Casa Benéfica: se habilita un espacio situado en el mismo sótano como sala de espera de los acompañantes de los entierros. También se pone en estudio la construcción de un nuevo pabellón de infecciosos y la ampliación del asilo. En 1945, es el proyecto de ampliación de la cocina que se pone en marcha. Se instalan también aspiradores para echar el humo y los vapores. Por fin, es la instalación de un cuarto frigorífico en 1947, en la forma de una donación.
Los cincuenta años de la fundación de la Casa Benéfica del Masnou
Es en enero de 1949 cuando se decide celebrar el 50 aniversario de la fundación. Una de las primeras ideas para esta celebración es organizar un homenaje a su fundador Pau Estapé i Maristany.
La celebración consiste en poner el nombre del fundador en una calle del Masnou, erigirle un monumento con su busto – obra del escultor Vicenç Navarro i Romero – en el patio de la casa, y la ampliación del asilo de mujeres, con la construcción de un nuevo piso, que llevaría también su nombre, a base de una nave con capacidad para dieciséis personas más necesitadas.
Finalmente, se decide también levantar un piso sobre el pabellón de hombre.
El 50 aniversario se celebra el 21 de agosto 1949.
La Casa Benèfica del Masnou en época de progreso
Desde 1955, la mejora de la economía general del país influye notablemente en las finanzas de la Casa. En efecto, a partir de ese momento, los ingresos experimentan una subida constante.
Esto es realmente una novedad para la institución, después de dos decenios de dificultades y privaciones.
Así, las tómbolas tradicionales de la Casa Benèfica tienen mayor éxito. Especialmente en los años 50 y 60, podemos encontrar documentos que atestiguan que a veces han permitido ingresos bastante importantes para la gestión de la residencia.
También, algunos donativos permiten mejorar la situación de la Casa Benéfica. Así, algunos eventos se convierten en fuente de recursos, como conciertos, festival o concursos que hacen regularmente regalos de una parte de sus beneficios.
La tradición de las tómbolas se mantendrá hasta 1976.
También, durante estos años, existe otra fuente de recursos que debemos recalcar. A partir del año 1956, en enero de cada año, se organizó campañas de recogida de botellas de cava vacías. Para darse cuenta de la magnitud del éxito de estas campañas, podemos recordar que en el mes de enero de 1968 se recogieron 11 604 !
Generalmente organizado el domingo siguiente al día del Reyes, cabe decir que tal día sería realmente festivo, por la gran participación de juventud y camiones cedidos por los industriales de la villa. Esta práctica se mantendrá hasta 1986 y, para hablar de resultados financieros, permitirá recoger hasta 83.864 ptas.
La historia de la Casa Benèfica del Masnou nos proporciona también una imagen muy clara del proceso de modernización del país, a través de la introducción y uso de los aparatos a medida que el progreso les iba poniendo al alcance de todos.
Así, después de la luz, el gas y la calefacción, la próxima mejora tecnológica es la introducción de la radio en 1951, que da obviamente un nuevo aliciente a las actividades de los residentes. La televisión hace su entrada en 1960. Más cerca de los aparatos de hoy, la Casa Benéfica del Masnou se equipará con ordenadores en enero de 1992.
En cuanto a la capilla de la Casa Benéfica, esto merece una presentación de su historia. En 1957, la caída del falso techo del oratorio, situado en el primer piso, exige el traslado a un lugar más adecuado.
Pero, por aquel entonces, la falta de dinero impide la reconstrucción de los desperfectos. Momentáneamente, la capilla se instala en el espacio que ocupaba la secretaría, dedicado actualmente a sala de Juntas.
El tema permanece bloqueado durante muchos años. Será finalmente en 1969, donde se destaca el generoso ofrecimiento de Salvador Castany i Vila de construirla a su cargo. La obra se completa en noviembre de 1970.
Las obras en la década de 1960
En marzo de 1963, se pone en marcha la decisión de realizar las reformas necesarias para llevar a cabo el proyecto de una residencia para personas mayores. La ejecución es rápida y el 16 de enero de 1964 tiene lugar su inauguración. Por aquel entonces, el alojamiento era de 150 ptas diarias.
En 1969 ve también muchos cambios en cuanto a las obras: reforma de montacargas, la renovación del baño del asilo, el traslado del lavadero, la ampliación de la calefacción a los dos pisos de monjas. También, en 1972, se decide que las monjas ocupen únicamente el segundo piso, una decisión que permitió también disponer en el primer piso, de 8 nuevas habitaciones.
El 75 aniversario, que tiene lugar en septiembre de 1974, coincide con un importante plan de renovación y cambios: repaso de las salas del hospital, construcción de un cuerpo nuevo de edificio con 7 camas y un nuevo salón.
Las obras de 1975 a 1985
Es un período de grandes cambios, con un programa de obras muy ambicioso. Todos los sectores están afectados. En el asilo, los baños están acondicionados para inválidos, el antiguo comedor desaparece para permitir la construcción de dos habitaciones nuevas, se construye un nuevo edificio con fachada a la calle Rector Pineda.
En la cocina, se hacen despensa y servicio completo de lavado y secado automático de los utensilios de cocina y comedor. En el hospital, se instala mamparas de vidrieras para aumentar la separación de las camas y mejorar la intimidad de los ocupantes. Todos los baños existentes se renuevan.
También, se instalan ascensores y una nueva calefacción (por fuel-oil y después por el propano, en lugar del modelo con carbón).
1985 marca otra etapa importante, puesto que se inician las obras para construir un nuevo piso, encima del hospital con una ampliación de diecisiete habitaciones, representando un aumento de la capacidad de residentes de 21 personas.
Estas obras muy importantes se financian con los legados de Flora Estapé y Truch y Josep Sanjuan y Maristany.
Realmente, son años durante los cuales se nota una aceleración de la transformación de la Casa Benéfica del Masnou con el enfoque de siempre mejorar las condiciones de vida de los residentes y la comodidad del trabajo del equipo.
También, debe indicarse que en 1990, la entrada en vigor de nuevas normativas de todo tipo, tiene mucha incidencia en la economía de la institución benéfica, con, obviamente, gastos notables. Por ejemplo, estas normativas impactaron el cambio de emplazamiento de la calefacción, la obligación de legalizar toda la instalación eléctrica, la supresión de barreras arquitectónicas, la obligación de señalización de seguridad.
También, es en este período que la Casa Benèfica del Masnou, con todas las transformaciones hechas, llega a su capacidad actual, es decir, 90 residentes.
El centenario de la Casa Benéfica de El Masnou
El 6 de junio de 1999, respetando la tradición de su historia, la Casa Benéfica de El Masnou marca su centenario con varias manifestaciones excepcionales.
El nuevo jardín de la Casa se inaugura oficialmente en un acto oficial. Muy emocionante, es la entrega por el Ayuntamiento de El Masnou de la medalla de oro de la vila, como reconocimiento del trabajo y de la trayectoria de la Casa desde estos 100 años.
La celebración cuenta también con una misa, con la presencia excepcional del cardinal y un concierto en la parroquia, con el Orfeó Català.

Los años 2000
Durante los años 2000, se sigue el plan de modernización de la casa.
Algunas importantes Inversiones se hacen para garantizar la seguridad médica y la calidad de los tratamientos: el sistema de timbres se cambia por un modelo de última generación, se renuevan todas las camas, para tener modelos automatizados. Claramente la Casa Benéfica sigue todas las normas más y más orientadas a considerar las residencias como centros de salud.
Con el mismo enfoque, todo el sistema de detección y vigilancia de los incendios se renueva y se realizan obras en la enfermería para tener un espacio más funcional.
En cuanto a las condiciones de vida – y el bienestar por los residentes – muchas inversiones se realizan para renovar todas las habitaciones. Se crean 9 nuevas habitaciones, los comedores autónomos/asistidos se intercambian, notablemente para encarar con el cambio de perfil de los residentes.
Estéticamente, un cuidado especial se pone en marcha con el cambio de las vidrieras de la capilla y la restauración de la fachada histórica de la torre.
En 2007, se abre una etapa importante en el funcionamiento de la Casa Benéfica. Es a partir de ese momento que se pone en marcha la financiación de plazas de residencia con el dispositivo de plazas públicas. Se pacta que 30 de las 90 plazas serán atribuidas al público beneficiario de este dispositivo.
Este cambio permitido también en la Casa Benéfica de repensar su sistema de gestión. A partir de ese momento, la Casa Benéfica podrá tener una gestión más independiente de los donativos, que además, habían visto caer su importancia en los últimos años.
En 2021, por tema de ausencia de relevo generacional, las monjas terminan su misión, y se crea una nueva dirección asistencial para poder asegurar la continuidad de la calidad de la asistencia a los residentes.
Por fin, esta presentación no sería completa sin tener un pensamiento especial en todos los que han permitido que la Casa Benéfica tenga hoy más de 120 años.
Pensamos en todos los numerosos donantes – anónimos o conocidos en El Masnou – que han permitido a la Casa Benéfica del Masnou, a lo largo de su historia, mantener su actividad.
También es hora de agradecer muy afectuosamente a todo el equipo que siempre se ha mostrado muy implicado.
Primero, la orden de las Carmelitas de San José que ha sabido durante más de un siglo encarnar el espíritu humanista de la Casa Benéfica y procurar a los residentes la ayuda espiritual tan necesaria.
En segundo lugar, debemos agradecer fuertemente a los equipos de gerocultoras y salud que, a diario, acompañan con corazón y profesionalidad a los residentes. Adjuntamos también el personal de todos los departamentos (lavandería, limpieza, cocina, mantenimiento, administración) que contribuyen notablemente al bienestar de los mismos.
Por fin, en cada «barco», hay también un «capitán», que según «cómo sopla el viento», da el impulso y la dirección.
Nos gustaría agradecer a todos los presidentes y vocales de las Juntas, que han sabido hacer evolucionar la Casa Benéfica del Masnou y mantener su espíritu.